Monster Trucks (2017)
Algunas veces detestas tanto al mundo que quieres ver una película mala sólo por la curiosidad de saber cuán mala puede llegar a ser. De los trailers, Monster Truck no sólo se ve que es una película mala, sino también estúpida y sin razón de ser. ¿Por qué haces esto? Quizás alguien te hizo daño y tu forma de manejar eso es haciéndote más daño viendo una película mala. Al menos así es como yo estoy lidiando con esto.
Tripp (Lucas Till) es un chico pobre que vive en algún monte de Dakota del Norte, y por alguna razón tiene que tomar el autobús escolar con un montón de niños porque por lo visto, no tiene amigos y los demás adolescentes tienen otros medios para ir a la escuela. Al menos eso es lo que vemos de un zopenco sin nombre que maneja una camioneta y cuya novia tiene cara de aburrida todo el tiempo. ¿Cuál es la necesidad de presentar a semejante personaje que no hace absolutamente nada importante en la película? ¿Demostrar que Tripp es pobre? El caso es que se quiere ir de ese pueblito de mierda, su madre (Amy Ryan) es quien lo mantiene, su padre los abandonó, y el alguacil Rick (Barry Pepper) es quien vive con ellos. No sé si el alguacil es su padrastro.
Entonces hay un incidente en un pozo petrolero cerca del pueblito, donde encuentran agua subterránea, y los científicos que están en el medio tiran la idea de que es posible de que haya vida, especies por descubrir en el subsuelo, por lo que seguir excavando para dar con el petróleo pondría en peligro a las criaturas imaginarias. Bueno, pues resulta que los científicos tenían razón, y el seguir taladrando hizo que salieran escupidos tres pulpos y de paso hay una explosión, un fuego, un desastre, y se aparece un domador de animales, Burke (Holt McCallany). Toda empresa dirigida por villanos debe de tener a un matón en su nómina.
El caso es que capturan a dos de los pulpos, pero uno de ellos termina en un depósito de chatarra donde Tripp va a jugar destruyendo carros viejos en la compactadora porque el dueño, el Sr. Weathers (Danny Glover), se lo permite. Como Tripp no duereme ni toma café, puede quedarse la noche entera trabajando en la camioneta de sus sueños, armada de la chatarra que encuentra. Eventualmente se encuentra con el pulpo que anda suelto en el basurero, y resulta que es como un elefante bebé, horriblemente grande y adorable. Este pulpo terminará convirtiéndose en el motor de su camioneta. ¿Suena estúpido?
Como la camioneta está hecha para alojar a un motor, no a un pulpo, tendrá que hacerle ciertas modificaciones a la carrocería. Por fortuna, la jevita Meredith (Jane Levy), que se viste intencionalmente fea y es su tutora de biología, vive en una casa que tiene un establo con todas las herramientas que Tripp pueda necesitar. Porque la gente guarda todas sus herramientas en el establo, junto a los caballos y el heno. Así es como Tripp va descubriendo las habilidades de la criatura como motor de camioneta. Yo no puedo creer que alguien ha gastado tanto dinero en hacer esta película.
El título Monster Trucks se supone que es un juego entre el hecho de que las camionetas tiene a un monstruo adentro, y el tipo de camioneta que se usa con ruedas exageradamente grandes para demoler carros. De esto sólo cumplen con lo primero, porque de el negocio demoler carros hay muy poco, y de no hay nada de ruedas gigantes. La peor parte es que el título está en plural, pero el bebé pulpo es el protagonista, mientras que mamá y papá pulpo están siendo estudiados por el geólogo Dowd (Thomas Lennon). Eventualmente ellos también se convertirán en motores de camionetas, aunque sea por poco tiempo.
Para concluir, escasean las palabras para describir lo mala que es Monster Trucks. No voy a perder más tiempo escribiendo.