The Cloverfield Paradox (2018)
Si tiene Cloverfield en el título, posiblemente esté (ligeramente) vinculada con Cloverfield (2008) o a 10 Cloverfield Lane (2016), pero como también tiene Paradox en el título, quizás entre en una paradoja que no pueda explicarse por simple lógica como el caso de Predestination (2014). Más bien entra en una situación que no puede explicarse porque te dan las respuestas equivocada a tus preguntas. Entonces tengo entendido que The Cloverfield Paradox es una especie de precuela y al mismo tiempo tiene su propia historia que no está muy relacionada con la película del 2008.
En un futuro o un pasado no muy lejano (honestamente, yo no sé), el planeta Tierra se le está acabando las fuentes de energía porque a esta gente no se le ha ocurrido implementar masivamente energía eólica o solar, así que hay escasez de combustible, lo cual trae consigo apagones. Uno no es nuevo al tema de apagones, pero eso es toda una novedad en gringolandia. El caso es que Hamilton (Gugu Mbatha-Raw) es una científica o ingeniera o algo importante para poder llevar a cabo los experimentos de una especie de LHC espacial que proveerá de energía limpia al planeta. ¿Cómo piensan llevar esa energía de una estación espacial hacia la Tierra? Nadie sabe, pero de lograrlo, la estación sería autosuficiente. El caso es que esto implica dejar a su esposo, Michael (Roger Davies), al menos 6 meses en lo que realizan los experimentos.
Hay un autor o algún chiflado que entrevistan en un programa de noticias y éste menciona que el experimento podría traer demonios o extraterrestres al planeta, y esto es lo que se se llamaría –el título de la película– The Cloverfield Paradox (¿en serio?). A bordo de la estación espacial Cloverfield (¿en serio?), la tripulación tiene dos años experimentando sin éxito, hasta que un día como que funciona y todo sale mal. Aquí sale Rod Sterling diciendo “usted ha entrado a la Dimensión Desconocida”. Entonces como que ya no sólo se trata de ciencia ficción, pero de terror/misterio espacial al estilo de Life (2017), pero sin una amenaza constante, sólo que las vainas salen mal porque sí, enlazamiento cuántico o una vaina así.
Yo no sé por qué todas las fotos de la tripulación dicen “Helios” si la nave se llama Cloverfield, pero como que es el menor de los problemas. Schmidt (Daniel Brühl) es un físico, Tam (Ziyi Zhang) es la ingeniera que maneja el LHC espacial, Volkov (Aksel Hennie) mantiene los sistemas vitales corriendo, Mundy (Chris O’Dowd) es el que repara todo lo que se rompe, Monk (John Ortiz) es el médico, Hamilton hace algo, y Kiel (David Oyelowo) es el comandante que no tiene ningún tipo de habilidades ni hace nada para contribuir, pero es el que da las órdenes. ¿Qué pasaría si se pudiera teletransportar a una persona a un lugar donde hay un objeto? Lo mismo que le pasa a Jensen (Elizabeth Debicki), que aparece dentro de una pared con cables atravesándola, y es parte de la tripulación del universo paralelo al que han llegado.
Se nota que gastaron un dineral diseñando el interior de la nave, en los uniformes, y en los efectos especiales, y que los actores hacen lo mejor que pueden con el material que tienen. También se nota que no gastaron dinero consultando con alguien que tenga conocimientos de matemáticas, ingeniería, o alguien que al menos tenga una idea de cómo las cosas funcionan en el espacio, y más que nada cómo meterle a la trama elementos que importen y no distraernos con trivialidades.
Michael, el esposo de Hamilton, tiene una subtrama que no llega a nada, pero supongo que el valor que tiene es por la última llamada telefónica que hace. Hay un fantasma en la estación espacial que quiere matar a todos los tripulantes, porque hay cosas que simplemente no tienen ninguna explicación, como el pegamento diabólico. A nadie le parece extraño que la pared se trague el brazo de alguien o que dicho brazo tenga vida propia. Volkov sólo sintió que estaba lleno de gases, no que estaba embarazado. Jensen podría ser la clave para mucho de los misterios, pero deciden que es mejor dejarla acostada en su cama porque tienen cosas mejores que hacer. Kiel finalmente decide que tiene que hacer algo en la película e innecesariamente pone en riesgo la vida de dos de sus subordinados (¡yo creía que habías dicho que entre los tres tenían que hacer algo!)
The Cloverfield Paradox tiene muchos problemas que son evidentes, pero aún así no dejé que me distrajeran de la trama que querían venderme, que toma una pizca de Coherence (2013), la mezcla con horror espacial, y de alguna manera está relacionada al universo poco coherente de Cloverfield. Encontré que es una buena manera de perder hora y media, y decir que la vi, pero nunca más. La última escena se podría salvar si en lugar de presentar lo que presentaron, sólo se ve un reflejo en una ventana y se escucha a Hamilton preguntar en voz alta “WTF?”