Bright (2017)
¿Existen dragones en este universo? ¿Podemos hablar del dragón que aparece volando por unos segundos? No pueden presentarme un dragón y no decirme más nada. Bright es más o menos lo que pasaría miles de años después de El Señor de los Anillos, un mundo en que hay otras razas humanoides, existe la magia, y Shrek (2001) es un documental, no una película animada. La película es chula siempre y cuando no te pongas a pensar en los detalles, porque una vez lo hagas, como que ciertas cosas no cuadran.
En Bright tenemos a Dylan Ward (Will Smith), un policía que está a 5 años de retirarse, y a Nick Jakoby (Joel Edgerton), un orco novato que no pertenece a ningún clan, y que es el primer orco en convertirse en policía. Quizás se puede decir que el racismo entre los humanos se acabó, ya que todas las razas odian por igual a los orcos (que son los pobres) y se dejan pisotear de los elfos (que son los ricos). El caso es que los demás policías le dan lata a Ward porque su compañero es un orco, y lo normal es odiar a los orcos. Posiblemente en este universo los orcos eran los esclavos, y en lugar de matarlos a todos, de alguna forma también debió haber surgido una revolución civil o algo así para que los humanos, elfos, y orcos puedan vivir en la misma ciudad (aunque en barrios separados).
Bueno, pues a base de explicaciones, los elfos que tienen todo el dinero, tienen una versión maligna que se llaman inferni, que son elfos ninjas que todo lo matan, y quieren revivir a un tal Sauron Dark Lord para hacer algo malo, no sé bien el qué. Los elfos normales sólo compran ropa, se tiran selfies, y le tiran fotos a la comida, pero los inferni son guerreros que están por encima de la ley. El caso es que una tal Leilah (Noomi Rapace) está buscando a la infeliz de Tikka (Lucy Fry), porque ésta se robó su varita mágica. En un mundo donde se supone que existe la magia, y donde sus habitantes no saben si realmente existe porque hay pocas varitas mágicas, uno debe preguntarse cómo es que anda una suelta por la ciudad de Los Ángeles. Creo que a Leilah no le importa tanto que ande suelta, ya que la mayoría que intente agarrar ese mcguffin tiene una alta probabilidad de no volver a hacerlo.
Entonces sale un indigente maloliente con una espada que prácticamente le dice a Jakoby lo que va a pasar en la película, porque es una especie de guardián o hechicero que sabe hablar en orco. Lo que sucede es que desde que Ward y Jakoby responden a una llamada, y a partir de entonces no van a poder descansar ni un momento porque todo el mundo les va a caer atrás, desde los mexicanos pandilleros, pasando por los elfos ninjas, y hasta la mafia orca quiere algo. Todo por intentar cuidar a Tikka, el personaje más bizarro de este rollo, porque se hace la indefensa cuando le da la gana, y le empiezan a salir vainas negras porque también le da la gana. Quizás no es buena idea que tengan un rastreador GPS, porque todos saben dónde están en todo momento. Es como si quisieran agregar escenas de acción sin importarles la continuidad o las razones para llegar a dichas escenas.
Yo no tenía problemas con una película de acción en la que no tenía que pensar en absolutamente nada, sólo en ver a Will Smith interpretando a Will Smith con bigote sin tratar a Jakoby como basura, y a Joel Edgerton como un incomprendido, en este mundo que mezcla fantasía con la actualidad. Esto era así hasta que revelan la razón del título de la película, Bright. Eso se veía venir, pero ese fue el momento en que me dije “nop, demasiado, este es mi límite”. No me importan los macos, los atajos, la edición, la falta de sentido en algunas decisiones, y Tikka, pero revelar el título de la película en esa forma, pues me pierden como cliente y le estaría pidiendo a Netflix que me devuelva mi dinero si no fuera por el hecho de que soy pobre y es mi hermano quien paga la cuenta.
Bright construye un mundo fantástico en la era actual, pero que le falta pulirlo un poco más, y ofrece entretenimiento que no tienes que pensar para pasar un buen rato. Me desagrada completamente el personaje de Tikka, y no me gusta la idea de que los elfos ninjas no son tan efectivos contra dos policías cuando anteriormente los vemos como homicidas imparables. La versión fantasiosa del FBI tampoco hace nada, pero ya entiendo cómo es que el elfo ese tiene 20 años persiguiendo a Leilah, porque es un despistado.