Terminator 2: Judgement Day (1991)
Una regla del mundo cinematrográfico es que la segunda película de una franquicia es peor que la primera, pero hay notables excepciones a esta regla, y estas excepciones se encargan de exceder las expectativas de los fanáticos. Este es el caso de Terminator 2: Judgement Day, que para mí es una de las mejores películas de acción de todos los tiempos, y hasta el sol de hoy todavía tiene el poder de asombrarme.
Terminator 2 es una de esas películas que estarán pasando por el cable, y si por casualidad estoy pasando canales y reconozco un segmento, me detengo a verla. Desde su lanzamiento en BluRay he tenido la oportunidad de ver la versión “Director’s Cut”, y he olvidado por completo cualquier otra versión porque me agradan esas escenas adicionales que expanden un poquito más el trabajo de la versión original de T2.
Imagina por un momento que no sabes absolutamente nada de esta película. Desde un principio se escucha a Sarah Connor (Linda Hamilton) narrarnos cómo será ese futuro apocalíptico en que las máquinas están en guerra con la humanidad. Skynet, la red de computadoras malvada, envía al pasado a un asesino robótico o Terminator a acabar con la vida del joven John Connor (Edward Furlong), mientras que los humanos tienen que enviar a un guerrero solitario a detener a dicho asesino robótico.
Acto seguido vemos a un T-800 modelo 101 (Arnold Schwarzenegger) entrar a un bar, entrar en una pelea con unos pandilleros, y se roba la ropa y la motocicleta de un infeliz. Luego está aparece del futuro este otro individuo interpretado por Robert Patrick, y da la impresión de que se roba la ropa de un policía y la patrulla de dicho oficial. Ambos buscan a John Connor. ¿Quién es el que tiene la misión de eliminarlo y quién la de salvarlo? Por un lado está uno vestido de pandillero, y por otro lado está el otro vestido de policía.
Esto hoy en día no es tan evidente gracias a que el trailer reveló esta información y dado al tiempo de la película ya la respuesta es obvia. Lo que quiero señalar es que James Cameron estaba jugando con nosotros, porque la información pasada que teníamos era que el personaje de Arnold Chucheniguel tenía la misión de matar a Sarah Connor, por lo que es posible que su misión sea la de eliminar a John Connor. Entonces al cuatro entra Robert Patrick vestido de agente de la ley, y uno podría creer que él no vino a eliminar a John Connor. Excepto que los papeles son inversos, el forajido es el defensor y el policía es el asesino. Vainas así es que hacen que me encante esta película.
Terminator 2: Judgement Day trabaja sobre la misma idea que la película anterior, pero ahora le agrega el giro de que “el futuro no está escrito, y no hay destino más que el que nosotros mismos hacemos”, lo cual nos dice que quizás es posible terminar con la paradoja y dejar las líneas del tiempo hechas un disparate que nadie jamás podrá resolver. Así Sarah Connor se da a la tarea de intentar evitar el futuro apocalíptico por sí misma, lo cual incluye eliminar al hombre responsable de crear un novedoso microprocesador que en el futuro se usará para controlar los aparatos militares. Irónicamente, el Sr. Terminator de la película anterior quería eliminar a Sarah Connor por el hijo que todavía no tenía, mientras que ahora ésta quiere eliminar a un hombre por algo que todavía no ha creado, convirtiéndose así en lo mismo que el Terminator pasado.
Siguiendo con el tema de la ironía, John Connor prácticamente se ha criado sin un padre, y la perfecta figura paterna está en el T-800. Así el líder de la resistencia humana en la guerra contra las máquinas, en su infancia ha tenido a un robot asesino como uno de sus aliados, una máquina creada por Skynet, la enemiga de la humanidad.
Volviendo con la fórmula universal de las películas de acción, en esta ocasión el villano indestructible es el T-1000, un robot hecho de metal líquido que vuelve obsoleto al T-800. Nuestros protagonistas están en desventaja en todo momento, y es el esfuerzo de sobrevivir es lo que le agrega profundidad a sus personajes. Al final del día, el T-800 aprende a valorar la vida humana gracias a John Connor.
No tengo más nada que agregar acerca Terminator 2: Judgement Day, podría hablar de la trama o de cómo es que el concepto de viajes en el tiempo está mal, pero ambas cosas es perder el tiempo que se puede aprovechar disfrutando el hecho de que existe. Es una película que ya tiene más de dos décadas de antigüedad, y sigue siendo una de mis favoritas.
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