Spy (2015)
Spy: Una espía despistada
Evidentemente el género de comedia de espías es lo que se va a poner de moda gracias a que 20th Century Fox ha estado invirtiendo en esto. A principios de año lanzaron Kingsman: The Secret Service (2015), y ahora lanzan a Spy, otra comedia-acción que involucra espías y protagonizada por Melissa McCarthy. Quien tradujo el título de la película a “Una espía despistada” obviamente no la vio porque su personaje todo lo contrario a “despistada”. Entonces veo los trailers y realmente no puedo echarle la culpa.
Susan Cooper (Melissa McCarthy) es–realmente no sé cómo se llama lo que hace, pero es quien le dice al agente Bradley Fine (Jude Law) todos los pormenores de cada misión. Imagina que Bradley Fine es una especie de James Bond de la CIA, pero que en lugar de averiguar las cosas por su cuenta, tiene a alguien que le dice dónde ir, la estructura del edificio en que está, la cantidad de matones que se aproximan por el pasillo y que, adicionalmente, también lleva sus trajes a la lavandería, lleva su carro al mecánico, y alimenta a sus gatos. Sí, suena más bien como si Susan Cooper fuera la esclava de Bradley Fine, pero para entender las razones hay que ver la película.
El caso es que por razones que sólo caben en una película de comedia, Susan Cooper tiene que ir a la calle y hacer el trabajo de espía. El trailer no le hace justicia a la película, y de verlo uno pensaría de que se trata de la versión femenina de Paul Blart, pero no lo es, y la clasificación de esta película es “R” por la cantidad de violencia y por el lenguaje vulgar. Asombroso. Melissa McCarthy parece estar encasillada en los papeles de mujer malhablada, pero esta vez también puede patear traseros sin que alguien le esté dando instrucciones.
Jason Statham es el agente Rick Ford, y este hombre sí es la definición de despistado. No sé cuántas de sus líneas fueron improvisadas, pero tener a Jason Statham decir vainas absurdas con una cara seria vale oro. También están Peter Serafinowicz como Aldo, un agente mujeriego que no es tan despistado como aparenta, Miranda Hart como Nancy, otra agente de escritorio con baja autoestima. La combinación de tantos personajes ridículos es lo que hace que Spy sea una buena comedia de espías.
Me pone triste el hecho de que tengo que acudir a películas de comedia para ver buenas secuencias de acción e historias mejor elaboradas que en el género de acción. Quizás es porque toman más riesgos debido a que si no la hacen lo suficientemente ridícula y los chistes no le llegan a la audiencia, entonces al menos las escenas de acción harían que valga la pena. Si ambas cosas funcionan, entonces tienes algo que vale la pena y, a mi parecer, Spy es una película que vale la pena ver. Ahora tengo un par de insultos nuevos que agregar a mi repertorio.