Dragon Ball Z: La resurrección de Freezer (2015)
Como había dicho anteriormente con “La batalla de los dioses”, la mayoría de las películas de “Dragon Ball Z” son muy (muy muy muy) malas. Sin embargo, este no es el caso de “La resurrección de Freezer”, que se coloca en mi lado bueno, y es de las pocas películas de Dragon Ball Z que sí vale la pena ver. Si nos detenemos un momento a pensar en las mejores películas de la franquicia, todas se caracterizan por el hecho de que ya estamos muy viejos para estar pensando en esas tonterías.
¿Cuándo fue la última vez que vi a Shenlong? No lo recuerdo, pero definitivamente no fue en una basura de serie llamada Dragon Ball GT porque todos sabemos que ésta nunca existió. Lo importante es que uno de los lacayos de Freezer, de los que no estaban en el planeta Namekusei, se le ocurre la brillante idea de revivir a su infeliz amo y señor. Para lograrlo, necesita de las esferas del dragón que están en la Tierra porque se le ha hecho imposible raestrar algún otro planeta donde viven los hombres verdes que ponen huevos.
Como tienen 90 minutos de película, no pierden el tiempo mostrándonos cómo diablos logran conseguir la esfera de cuatro estrellas, pero sí dando explicaciones innecesarias, y de buenas a primeras ya el Sr. Freezer está vivito y coleando. Literalmente coleando. Su plan malévolo consiste en entrenar un tiempo, algo que nunca ha hecho en su vida entera, y luego vengarse del saiyajin que le hizo la vida imposible, Trunks Gokú. Así son todos los villanos de esta vaina, quienes sólo existen para resolver sus problemas con violencia.
Los diálogos son bastante malos, pero eso ya es resaltar lo obvio, ya que la serie de televisión siempre se ha caracterizado por esto; Bulma es una insolente maleducada, Vegeta siempre está de mala leche y se la pasa menospreciando a la gente, y Gokú es un presumido que se confía demasiado. Recuerden, niños, si quieren tener problemas con los demás, sólo tienen que hablar como Gokú y sus amigos.
Si algo le hacía falta a “La batalla de los dioses”, ese algo eran las peleas. Al menos en esta entrega nos dan mucho más peleas que incluye, entre otras cosas, volver a ver momentanemente al Maestro Roshi, a Krilin, a Ten Shin Han, a Picoro, y a Gohan. Y como es de esperar, éstos no son rivales para el gran Freezer por lo que necesitan de que el todopoderoso e inigualable Gokú venga a salvarlos. Tarde, como siempre, porque la única vez que apareció temprano murió innecesariamente.
Con todos sus defectos, me parece que Dragon Ball Z: La resurrección de Freezer es una película entretenida, y dentro del universo de Dragon Ball, es de las pocas que me agrada.