Snowpiercer (2013)

Snowpiercer es una película de ciencia ficción que se basa en la novela gráfica francesa “Le Transperceneige”, y que trata de un futuro distópico en que sólo queda un puñado de humanos en el planeta y éstos viven abordo de un tren. Como he visto demasiadas películas de ciencia ficción en mi vida, la trama me pareció predecible, y a pesar de ello disfruté la película enormemente. Pues me gusta que intenten convencerme de cómo demonios fue que destruyeron el planeta como para que el último rastro de la humanidad sea un tren que le da la vuelta al mundo.
Como es de costumbre con muchos trabajos de ciencia ficción, Snowpiercer nos muestra un escenario diferente a la realidad, y nos llena de curiosidad saber cómo es que la sociedad funciona, cómo es su estilo de vida, cómo pueden sustentar la vida abordo de un solo tren. La película intenta responder todas esas preguntas, pero hay otras que simplemente tenemos que responder nosotros mismos basándonos en el contexto en que vive la humanidad. Ahora bien, si tu primera pregunta es “¿por qué carajos viven en un tren en movimiento cuando bien podrían vivir en un edificio auto-suficiente?”, pues es muy probable que esta película no te vaya a gustar.
En el año 2014, la humanidad descubre un componente milagroso llamado “CW7” cuyo único propósito es evitar/desacelerar/invertir el calentamiento global. Bueno, el caso es que en un intento de salvar el planeta del calentamiento global, deciden esparcir esa vaina en la atmósfera. Para variar, agradezco que no entraran en detalles porque no me imagino la reacción en cadena necesaria para deshacerse de [casi] todo el dióxido de carbono, detener la industria basada en combustibles fósiles, y causar una nueva era de hielo que exterminara toda la vida del planeta.
Los últimos seres humanos están en un tren que creo que no se llama “Snowpiercer” porque nadie lo menciona en la película completa. Encuentro fascinante que hayan fragmentado la sociedad según los vagones que habiten (muy parecido a lo que hacen las aerolíneas con sus aviones). Los que están delante, o sea, cerca del motor del tren, son los privilegiados que viven con lujos en un mundo post-apocalíptico, mientras que los que viven en la cola son tratados como escoria, tienen espacio y recursos limitados, y tú lo único que quieres para mejorar tu miserable situación es que el pasajero que está sentado a tu lado no esté durmiendo apoyando su cabeza en tu hombro mientras su saliva moja tu brazo y no sabes si llamar a la azafata para que te ayude o intentar mover su cabeza para el otro lad–¿en qué iba? Oh, sí, los ricos siempre serán ricos, y los pobres seguirán siendo pobres, aunque no haya ningún tipo de moneda y dicha segregación sólo exista para que un grupo se sienta superior a otro.
Es en este estado de precariedad que los reos sobrevivientes de la cola del tren quieren armar una revuelta para intentar mejorar su situación. La primera media hora del filme se dedica a ambientarnos en este mundo distópico, y el resto se distribuye en el motín y unas cuantas explicaciones más para entender cómo es que funciona el ecosistema del tren. Cabe mencionar que no es la primera revuelta, y que las anteriores han fracasado. Luego de 17 años comiendo nada más que gelatina marrón, un grupo liderado por Curtis (Chris Evans) desea sublevarse y llegar hasta el otro extremo del tren, donde posiblemente encontrarán filete y frutas. Quien controla el tren, controla el mundo.
Me gustó la forma en que fue filmada porque hay peleas, hay violencia, hay muertes, hay sangre, y muestran todo eso sin hacer cortes bruscos en escenas que son un poco más largas en duración que las que tenemos hoy en día en la mayoría de las películas de acción. Incluso hay una pelea en la que un grupo usa gafas de visión nocturna, y es uno de los momentos más memorables que tiene la película. Por supuesto, las cámaras sufren de tambalearse mucho, pero es algo de lo que no me voy a quejar porque, después de todo, están abordo de un tren, y lo normal es que todo se mueva por las vibraciones. Cuando a veces nos muestran lo que hay afuera, se pinta un escenario tétrico en que los últimos de la especie son prisioneros en una lata con ruedas.
Algunos personajes parecen anti-carismáticos y muy extraños, psicópatas inclusive, pero cualquiera estaría mal de la cabeza si viviera atrapado por 17 años en un vagón. Tilda Swinton es la Ministra Mason, y cada vez que está en pantalla quisiera pegarle en la cara con un bate. Así de espectacular es su actuación. Ah-sung Ko es la coreana Yona con superpoderes que lo único que tiene que hacer es verse bonita y no hablar mucho. Kang-ho Song es Nam, el padre super-drogadicto de Yona, y el único capaz de abrir las puertas a los demás vagones. Y finalmente está Octavia Spencer como Tanya, una mujer que casi siempre está de mal humor. Los demás personajes no me importan lo suficiente como para mencionarlos, pero cada uno tendrá un pequeño momento en la película.
Snowpiercer lo tiene todo, y el director abraza la idea descabellada de sobrevivir a bordo de un tren, así que cuando es ridícula, es ridícula, y cuando es seria, es seria. ¿Qué habrá en la cabeza del tren? Eso es lo que hay que averiguar.
Conclusión
De las pocas películas de ciencia ficción que he visto en este último año, Snowpiercer es una de las que encuentro más entretenidas. Uno podría argumentar en cuán ridículo es el argumento, pero si en los primeros 30 minutos hay una metáfora de sombreros y zapatos, entonces ese es el punto, y por eso me agrada.
A mi me gustan las peliculas apocalípticas asi que no puedo decirles ningún lado malo a esta película. Me encanta la ambientacion, los personajes, el libreto, todooo. Se las recomiendo pasarna un buen rato. :p