Die Another Day (2002)
Otro Día Para Morir
Die Another Day es la vigésima aparición del súper agente secreto 007 (“Bond. James Bond.”) en la gran pantalla, la entrega celebratoria de los 40 años de Bond (llena de referencias a las anteriores), la última protagonizada por el irlandés Pierce Brosnan, y otro lamentable clavo más en la creciente colección de nuestro amigo de la inteligencia secreta británica. Señores, la verdad es que da pena que de las cuatro entradas de Pierce Brosnan, sólo una valga la pena, porque el tipo es muy buen actor y tiene la flema, la apariencia física y la suavidad de temperamento necesaria para hacer que el papel del agente le caiga como anillo al dedo. En mi opinión es el segundo mejor Bond después de Sean Connery (al carajo con Daniel Craig, antes de que pregunten), y duele ver cómo las habilidades de humor sutil de un actor como éste se pierden en clavos como éstos. En fin, a hacer de tripas corazón y aguantarnos las ganas de romperle las gónadas a alguien para poder terminar el review…
Esta vez, la excusa para comenzar la trama es que 007 está haciendo un trabajito en la costa de Corea del Norte que involucra unos diamantes de negocios sucios, y algo (aparte de los horrorosos efectos especiales digitales) sale horrible, terriblemente mal. (Dicho sea de paso, aclaro que la trama es la vaina más ridícula que se han inventado hasta ahora dentro de lo que conozco de Bond, como advertencia para los que se estén esperando alguna aventura épica o algo por el estilo.) El plan era encontrarse con un coronel coreano que estaba traficando con los susodichos diamantes, desmontarle la operación, abimbar al chamaco, y regresar tranquilamente a casita. Lamentablemente, estos criminales modernos tienen acceso al maravilloso Internet, y aparentemente corren con un padrón electoral mundial para revisar las identidades de sus contactos. El caso es que el matón principal del coronel averigua quién es Bond, que después de que lo descubren, decide armar un corre-corre en la base coreana haciendo estallar el maletín con los diamantes, a ver si logra salir con el pellejo.
Lamentablemente, el tiro le sale por la culata, y si bien logra librarse del coronel, es capturado y tomado como rehén por el general papá del coronel. Y cuando comienza el proceso de tortura (y nos tientan con una coreanita que se ve que está buenísima), comienza también, casi subliminalmente, la secuencia de créditos introductorios de la película, con una vaina psicodélica que parece la representación de las alucinaciones de Bond mientras lo torturan, al ritmo de una canción bastante mala de Madonna. Resulta que MI6, contra todos sus protocolos, ha decidido cambiar a Bond por un terrorista capturado, rehén por rehén, y esto termina siendo una de las estupideces más grandes de toda su historia.
Tengo que admitir y citar al amigo y colega Cinepollístico Víctor, que la secuencia en sí fue brillante, porque enlazó de manera bastante fluida y creíble la secuencia de inicio con la primera secuencia post-intro, a pesar de que en mi opinión personal la “canción” sea más un taladro auditivo que una pieza musical.
El Villano
El villano, el coronel Tang-Sun Moon (creo que es así que se escribe), es una excusa barata de un militarzucho hijito de papi y mami acostumbrado a tenerlo todo, pero no sin dar un golpe, porque si hay algo que le gusta al pendejo este es caerle a chuchazos al primero que lo mire mal. Resulta que en el guaymimái que se armó al principio de la película, el coronel coreano no se murió, y se sometió a una terapia mágica de regeneración/cambio físico a nivel genético para tomar una nueva apariencia y una nueva vida, y tratar de vengarse del rastrero de Bond, porque cómo carajos se atreve a joderme la paciencia de esa forma, obligándome a tener que dejar mi identidad e inventarme otra de un multimillonario cosmopolita llamado Gustav Graves que está metido en todo lo que tiene que ver con clase alta moderna y no tener que dar un palo el resto de mis días. Dicho esto, me sorprendió no ver gallinas meando y puercos volando en la película, porque la única realidad en que las barbaridades que pasan aquí pudieran ser creíbles es en una donde el infierno se haya congelado.
En segundo lugar, tenemos al matoncillo del dichoso chamaco de arriba, que en la explosión del principio de la película terminó con la cara hecha un guayo, llena de diamantillos incrustados como si fueran espinillas. Este tipo es marginalmente más pasable, pero igual de idiota que el jefe.
Las Damas
Del lado de los buenos tenemos a la morenaza de Halle Berry, que cada día que pasa está más buena la mardita. No saben cuánto envidio a la gente alrededor del mundo que se han dado a este bombonazo. En fin, ella hace de Giacinta Johnson, apodada “Jinx”, con quien Bond se topa al poco tiempo de su reintegración a la sociedad. Lamentablemente, su aporte a la película y un cero a la izquierda tienen matemáticamente el mismo valor, porque aunque la quieren presentar como la equivalente americana en habilidad y fuerzas al legendario Bond británico, lo único que hace la chava es meterse en problemas y hacer que Bond la rescate. No me parece que ese haya sido exactamente el objetivo de su papel…
Por el otro lado, tenemos a la sublimemente hermosa y deliciosa Rosamund Pike, en el papel de Miranda Frost, secretaria personal de Graves, experta en esgrima olímpica, y una franca decepción por su poca utilización en la trama. El papel tenía mucho potencial, y pudieron haber involucrado a la chavita en más que simplemente ser un agarre de una noche para Bond y la secre del malo de la película, pero desperdiciaron la oportunidad.
Y por un tercer lado que nadie sabe de dónde salió, está Madonna. Yo, al igual que muchos otros alrededor del mundo, no sé que demonios busca la tipa esta ahí, pero bueno, allá ella.
Los Aparatos
Aquí tengo que admitir que se esmeraron (cosa que, en cierto modo, le resta mérito a la película). Se quisieron enfocar demasiado en aparatejos chéveres, y empiezan a aparecer desde el principio de la película, con el reloj detonador de Bond. Esto tiene el deplorable efecto secundario de hacer parecer la película una producción de Michael Bay, donde hay más explosiones que palabras por minuto.
El siguiente aparato que merece nota de mención es un par de espejuelos que funcionan como un simulador de realidad virtual… Al que no se le da ningún uso más que el de abusar de los efectos gráficos por computadora…
Al que le sigue todo un museo de viejos aparatos de los anteriores filmes de la serie, que si me pongo a detallarlos todos aquí no termino en dos días. Notable es, sin embargo, el último carrito pimpeado que le va a tocar manejar a Pierce Brosnan: un Aston Martin Vanquish (bautizado en inglés por el nuevo Q “Vanish,” o “Desaparecer” en español), capaz de volverse virtualmente invisible con un mecanismo demasiado complicado de explicar, y con todas las mejoras de costumbre, asientos eyectores, torpedos, y escopetas automáticas para atacar objetivos móviles.
Conclusión
Otro penoso clavo. Halle Berry está buenísima, Rosamund Pike es una preciosidad de muñeca, Madonna está… de más, todo eso lo sabemos. Lo que yo todavía no entiendo es adónde fue a parar la trama. La misma supuesta trama que debió llevar la película, sí, esa misma trama. Porque lo que me han enseñado es un montón de escenas de acción, mucho lujo con los aparatos, muchas referencias a las Bond viejas y muy poca solidez en la historia que me quieren contar. El villano está loco y es aburrido, Jinx es un personaje completamente de cartón, y Bond lo único que hace es dejarse llevar por la ola de estupideces que se mueven a su alrededor. Y no, desgraciadamente no me estoy refiriendo ni a la escena en Islandia ni a la del principio en Corea. Pero nada, valor.
e han burlado con este review, agrego que si no nos enfocaramos tanto en la parte de “ficcion” de la pelicula, se podria decir que es una pelicula pasable. Aun así tienes razón en mucho de lo que dices, pero no cuando mencionas que es un clavo por completo xD.
Yo hubiera dicho que es la peor de Pierce Brosnan.
Yo no la recuerdo completamente pero creo que una sola estrella es muy poco! no creo que sea tan mala. 🙂
Creo que los propios elementos que tu mencionas que están bien dan para ponerle algo más de 1 estrella. Yo creo eso.