A Good Day To Die Hard (2013)
A Good Day To Die Hard es la más reciente secuela en la franquicia de Die Hard, que en español ha sido titulada como “Duro de Matar.” Bruce Willis vuelve a interpretar al personaje de John McClane, un policía de Nueva York que se encuentra de vacaciones en Russia al enterarse del arresto de su hijo. Jai Courtney interpreta a ese hijo de John McClane que nadie ha extrañado porque no ha aparecido en las tres películas anteriores a esta. Un punto a favor de la película, es que usan esta ausencia para crear un conflicto entre padre e hijo.
Ahora bien, ¿qué puedo decir de esta película sin dar muchos detalles? Es una comedia. Sí, una comedia que tiene montones de explosiones y efectos especiales. Los personajes no tienen profundidad, la trama es obvia de principio a fin, los protagonistas son herederos de Wolverine, y la lógica de los villanos es simplemente deficiente. A su favor tiene buenas explosiones, colisiones de vehículos, música de fondo acorde a la temática, y las escenas de peleas (con y sin armas).
A pesar de todo esto, disfruté A Good Day To Die Hard no como película de acción sin razón ni sentido, sino como comedia. Y la razón por la que seguiré diciendo que este filme es una comedia es porque me estresa menos que buscarle todos los defectos que tiene, de paso amargándome el día y quejándome de que boté el dinero viéndola. Las líneas de diálogo y las acciones de Bruce Willis son lo que hacen que esta película sea cómica y entretenida, mientras que a los demás personajes podrían sustituirlos por recortes de cartón y tendrían el mismo efecto. No digo que la actuación de Jai Courtney sea mala, pero su personaje (Jack McClane) está ahí para ser obvio y fácil de predecir, mientras que el personaje de Yuliya Snigir (Irina) está ahí para verse bien.
No sé si fue el proyector de la sala de cine o fue idea del director, pero la cámara está demasiado cerca a los objetos y personas, por lo que se hace difícil apreciar los detalles que les rodean. Además de esto, la cámara no se queda quieta mientras los personajes hablan tranquilamente. Repito que no sé si fue un problema en la sala de cine o si fue idea del director, pero de todas maneras me estaba mareando.
A Good Day To Die Hard es una buena comedia y sólo la recomendaría como tal. Es entretenida, buena persecusión, buen humor, buenas escenas de acción, y eso es más de lo que necesito en una comedia. Si yo fuese el villano de la película, probablemente me haría millonario vendiéndole a plantas de energía nuclear el compuesto que usaron para neutralizar la radiación de una bóveda. He escuchado que lugares como Japón se hubieran beneficiado grandemente de esto en el 2011, y así no tendría que involucrarme en planes que se entrometan con John McClane.
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